viernes, 14 de agosto de 2009

UN JUEGO DE LOCOS, DIVERSION PARA ENFERMOS.

Es un día caluroso, el Sol aprieta con tanta fuerza que parece que esta más cerca de la tierra que nunca. Una multitud de individuos se concentran alrededor de la plaza, impacientes para ver mi casta, mi valentía, mi grandeza ¡Es mi gran día!
En frente mía, mi oponente, vencedor de la batalla, asesino en serie, depredador de depredadores, creo que en el lenguaje humano lo llaman torero ¡Como olvidar ese nombre si desde mi más tierna infancia a merodeado en todas mis experiencias! Asesinó a mis abuelos, padres, hermanos y amigos. Unas pérdidas irremplazables a causa de unas costumbres del hombre incomprensibles por el resto de seres de la naturaleza y por ciertos grupos de su misma familia. ¡Porqué no jugáis con vuestros hijos, porque no le introducís un sable capaz de destrozar el interior de un cuerpo como lo hacéis con nosotros! O acaso es inmoral matar porque así lo dictan vuestros mandamientos, porque vuestra ética no os lo permite ¡Que ironía!
Faltan pocos minutos para el espectáculo de mi muerte, ya solo se escucha el griterío de la multitud deseosa de ver como todo mi cuerpo se desploma en el encharcado albero. Así que, al salir de aquí solo me deparará un fulminante y triste viaje a quien sabe donde. La voz de un hombre no podría decir si era o no un torero grita a los cuatro vientos que ha llegado la hora, en estos momentos mientras camino hacia lo que parece ser un estrecho pasillo por el que dudo si podré seguir continuando, noto en mi espalda un pinchazo que hace retorcerme, retorcerme y comenzar la primera parte del viaje hacia el país de los recuerdos, allí, veo a toda mi familia y amigos tal y como eran siempre, pastando felices ajenos a lo que poco después sería un final sangriento, mi final, no puedo permitirlo, no puedo dejar que me maten de esa forma, he nacido para morir,lo acepto, pero no para ser asesinado,¡no, asesinado no!, por eso saldré con todas mis fuerzas, no querían ver mi valentía y grandeza, pues la verán desde todos los puntos.
Queda solo una puerta por abrir, el sonido del cerrojo esta recorriendo un camino desde mis oídos hasta el último rincón de mi cuerpo, por fin se abrió, la luz penetra en el callejón cegando mis pupilas ofreciendo cierta ventaja a mi oponente, ¿salgo con todas mis fuerzas o me acerco hacia él despacio? Sin pensarlo un momento salgo a correr como nunca lo había hecho, corro y corro sin descanso hasta toparme con un grupo de estos asesinos que intentan marearme, producirme la confusión necesaria para seguir llevando la voz cantante.
Un hombre a lomos de un enorme caballo que se acerca en estos momentos en la absoluta oscuridad para que no se asuste con mi presencia, se dirige sin saber lo que sucede a su alrededor danzando elegantemente hacia mi, ¡pobre animal, está siendo obligado a realizar un acto del que él no esta en absoluto de acuerdo, dejándose llevar por el sonido que le envuelve, perdido en la realidad!, el hombre armado con un gran palo con una cuchilla en su final me mira como se le mira a alguien que de un momento a otro va a morir, y utilizando toda la maldad acumulada me hunde la cuchilla en la espalda, provocándome una herida que para un humano sería mortal. La sangre comienza a brotar sin descanso, deslizándose hacia mis ya, débiles patas, aturdido diviso en la lejanía a otro hombre con dos palos más pequeños, los alza, me grita y corre decidido a clavármelos. Ya esta tan cerca que puedo olerlo, tanto que puede acariciarme, dándolo todo me abalanzo sobre él, pero he medido mal las distancias y… más sangre de mi cuerpo como obedeciendo órdenes fluye sin descanso, me ha introducido los dos palos y la multitud aplaude la acción, ahora lo único que él hace es salir huyendo para que no sea embestido por mí ¡Sin armas no eres nadie, no huyas cobarde! Su cobardía se desarrolla y crece por momentos, escondido recoge otros dos palos. La verdad es que ya estoy muy cansado, no acostumbrado a ver mi sangre gotear de esta manera me está produciendo nauseas, ya no ando con normalidad, mi fuerza a disminuido ¡pero tengo que aguantar! debo seguir luchando por lo que mas quiero en estos momentos, mi vida. Ahí viene otra vez, mas decidido que la última, con más hombría parece que intenta superar el record de velocidad que el propio hecho de alcanzarme, de nuevo esta aquí, salta y toda la plaza en un integro silencio espera expectante que vuelva a dañarme, que vuelva a abrir una brecha en mi costado y otra que solo puede sentirse en mi corazón, y ahí tienen su esperado premio.
Ya sobre mi cuerpo pesa un dolor inhumano, con mis heridas ya habrían muerto unos cinco hombres, pero aquí sigo, vomitando sangre entristecida y por cada gota, más furia, más dolor convertido en venganza. Camino desorientado, exhausto, torturado, mis parpados vencidos por el peso, se cierran, yo no quiero pero lo hacen, la niebla se cierne sobre mí, invade todo mi campo de visión, es por esto por lo que me detengo en seco, hecho la vista atrás y veo al que intentará ser mi verdugo, una mirada fría pero nerviosa, unos pasos delicados que acechan cautelosamente, con miedo, yo, con los mismos pasos, con el mismo miedo, de pronto su voz provocante sonó en toda la plaza y de nuevo comencé a correr, ahora la igualdad existía, solo estamos él y yo, uno frente al otro, nuestras sombras, antes de que uno de los dos mueva un músculo ya se están batiendo en duelo, me llama con el capote invitándome a la fiesta, con ánimos de venganza acepto su oferta. El movimiento del capote me atrae, es una necesidad, él aunque con miedo, pero ahora muy decidido vuelve a marearme dando capotazos como ya anteriormente lo habían hecho, al torero le chorrea una abundante sangre pero creo que ni le he rozado, así que, es la mia la que se desliza por su cuerpo, nunca había visto tanta cantidad de lo que residía dentro de mí,¡ cuanta sangre debe de estar saliendo! Mejor será no pensarlo. Me estoy sintiendo muy mal, mis patas ya no se agarran a la tierra con la firmeza que lo hacían esta misma mañana, ¿ me pregunto porqué estaré aquí? He crecido feliz aunque perdiendo seres queridos por el camino, he jugado, me he tumbado horas y horas bajo un árbol y ¿para qué? Para estar hoy aquí, delante de todas estas personas, disfrutando con mi maltrato, felices con mi tortura, no puedo comprenderlo, ¡olvidarme, olvidar a todos los demás, nunca nos han preguntado si queríamos entrar en su juego, nunca!
El torero saca un sable ¿no pensará clavarme eso, verdad? Porque no se lo voy a permitir, yo no. ¡Ven, vamos, que ahora soy yo quien quiere jugar! , comienzo a correr, pienso que será el último esfuerzo que haga, con toda mi ira introduzco uno de mis cuernos en su pierna, el color rojo lo invade, por unos instantes esta volando como un pajarillo y choca con la cabeza en la tierra, no contento todavía me dirijo hasta su corazón y de nuevo vuelvo a clavar uno de mis pitones, primero me abro paso por su piel, noto como su carne se rompe, y ya solo escucho el bombeo de su corazón, más herido que nunca, todas las personas allí reunidas gritan pero no aplauden, ¿por qué? Un gran número de toreros corren en su ayuda, asustados temen por la vida de su amigo, yo, no dejo que nadie se acerque a él, poco a poco comienzo a debilitarme mucho más debido al esfuerzo realizado, creo que me queda poco tiempo de vida, arrastrando mi lengua hecho el último vistazo a toda esa gente paralizada por el desconcierto, no habíais venido a ver una muerte, pues yo os estoy ofreciendo dos y lo pagáis con vuestra inmovilidad, si le sucede a vuestra especie os echáis a llorar ¡¿todos los demás no os importan en absoluto?! En mi aliento se percibe una pérdida esencial de oxígeno, mis patas están cediendo, me desplomo junto al torero, de pronto vienen a recogerlo, su mirada esta pérdida en el infinito, un infinito muy lejano, permanezco aquí tumbado, desangrándome ¿y para esto me nombráis símbolo de España?, si fuera humano sería en este momento cuando entendería la frase “Mata a tus ídolos”. Mis ojos se están cerrando, ha llegado la hora de irme, no se donde pero la segunda parte del viaje comienza y en este no se como será el camino, solo espero que mi muerte y la de ese torero sean las últimas muertes de este triste espectáculo bañado en un río de sangre, solo pido que no me culpéis de la muerte de este hombre, tan solo he intentado defender mi vida, ya sea con éxito sin él, al hombre se le ha olvidado que la vida salvaje se rige sin reglas y únicamente por la ley del mas fuerte y es dentro de esta donde el ser humano se cree vencedor ¡Que ingenuo!
Ya estoy tan confundido que no se si esto es la muerte o no, si se ha iniciado esta segunda parte del viaje o si sigo aquí tumbado en medio de la plaza, de todas formas mis ojos afirman mi muerte y es por esto por lo que mi adiós se pierde en el viento.

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